δέσποτα (déspota)

A la palabra déspota todos la hemos conocido como sinónimo de dictador, opresor, tirano, etc; pero no siempre tuvo esa connotación negativa. En la Biblia la encontramos aplicada a hombres, mujeres y a Dios. Veamos unos pocos ejemplos:

"Y he aquí había en Jerusalem un hombre cuyo nombre era Simeón. Y este hombre justo y devoto esperaba la liberación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes que viera al Ungido del Señor. Y por el Espíritu entró en el templo; y cuando los padres trajeron adentro al niño Jesús, para hacer con Él conforme al rito de la ley, también él lo tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, y dijo: Ahora, Soberano (δέσποτα), despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra; porque mis ojos vieron tu salvación, la cual preparaste en presencia de todos los pueblos; luz para revelación de los gentiles y gloria de tu pueblo Israel."  (Lucas 2:29)* 

"Y puestos en libertad, fueron a los suyos, y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y cuando ellos lo oyeron, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano (δέσποτα), Tú eres el que hiciste el cielo y la tierra y el mar, y todo lo que en ellos hay; que por medio del Espíritu Santo, por boca de tu siervo, nuestro padre David, dijiste: ¿Por qué se amotinan las naciones, Y los pueblos piensan cosas vanas? Acudieron los reyes de la tierra, Y los príncipes a una se reunieron Contra el Señor, y contra su Ungido. Porque verdaderamente se aliaron en esta ciudad contra tu santo Siervo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y los pueblos de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu designio predestinaron que sucediera."  (Hechos 4:23-28)*

"Amados, poniendo toda diligencia en escribiros acerca de nuestra común salvación, tuve necesidad de escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe una vez dada a los santos. Porque han entrado disimuladamente ciertos hombres impíos (destinados desde antiguo para este juicio), los cuales convierten en lascivia la gracia de nuestro Dios, y niegan a Jesús el Mesías, nuestro único Soberano (δεσπότην) y Señor. "  (Judas 1:3-4)*

La palabra déspota en su sentido original indica a alguien que ejerce autoridad; Dios es el déspota supremo, quien es: "el único Poderoso, el Rey de los que reinan y el Señor de los que gobiernan"  (Adaptación personal de 1 Timoteo 6:15). Ahora veamos unos pocos versos que hablan del hombre como déspota:

"A los siervos, que se sometan a sus amos (δεσπόταις) en todo, que sean complacientes, no respondones, no hurtando, sino mostrando completa fidelidad, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador." (Tito 2:9-10)*

"Los que tienen amos (δεσπότας) creyentes no los tengan en menos por ser hermanos, al contrario, sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se benefician del servicio. Estas cosas enseña y exhorta."  (1 Timoteo 6:2)*

"Todos los que están esclavos bajo yugo, consideren a sus propios amos (δεσπότας) dignos de todo honor, para que no sea difamado el nombre de Dios ni la doctrina." (1 Timoteo 6:1)*

Como vemos, el hombre déspota del primer siglo no necesariamente tenía que ser un tirano abusador despreciable; de hecho, la misma palabra formaba parte del concepto de padre o madre de familia . En el Nuevo Testamento encontramos varias veces el término οἰκοδεσποτεῖν (οἰκο: casa, hogar; δεσποτεῖν: el que ejerce autoridad).

Pablo, dando directivas muy claras que contribuyan al buen orden dentro de la congregación, dice acerca de las mujeres viudas:

"Sea incluida en la lista la viuda no menor de sesenta años, mujer de un solo marido, aprobada por buenas obras: Si crió hijos, si mostró hospitalidad, si lavó los pies de los santos, si socorrió a los afligidos, si se dedicó a toda buena obra. Pero no incluyas viudas más jóvenes, porque cuando impulsadas por la pasión se apartan del Mesías, desean casarse, exponiéndose a ser acusadas por haber quebrantado la primera promesa, y aprenden también a estar ociosas, yendo de casa en casa; y no sólo ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando las cosas que no deben. Por tanto, deseo que las más jóvenes se casen, críen hijos, sean buenas amas de casa (οἰκοδεσποτεῖν), no dando al adversario ninguna ocasión de maledicencia; porque algunas ya se extraviaron en pos de Satanás. Si alguna creyente tiene viudas, manténgalas, y no sea gravada la iglesia, a fin de que ayude a las que realmente son viudas."  (1 Timoteo 5:9-16)*  

Claramente se espera de la mujer cristiana, que cogobierne con su marido en el ámbito de la familia.